¿Por qué debes probarlo?
Si los vinos cálidos y opulentos de Ribera del Duero tuvieran un primo gallego, sin duda sería este. Vino opulento, carnoso, con aromas a compota, cacaos, y todo ese abanico aromático que suelen llevar los vinos de traje y corbata.
Muy sabroso, acompañará perfectamente a platos de sabores potentes. El final es fresco, amable, por lo que aunque sea un vino con bastante presencia, no llegará a cargarnos en exceso y podremos seguir disfrutándolo.
Marídalo con: aguja de porco celta sobre crema de castaña / tu amigo que te dice que todos los vinos gallegos "son vinos atlánticos"