¿Por qué debes probarlo?
Porque estamos seguros de que se va a convertir rápidamente en uno de tus blancos "top". Tal es su potencial aromático, su complejidad y esa estructura que casi le confiere alma de tinto.
El verdejo se despliega en todo su esplendor aquí, con ese puntito final de amargor que nos seduce a cada trago después de atravesar un sinfín de fruta madura, flores blancas y la pastelería que regala su crianza.
El nombre de Tomás Postigo siempre es garantía de deleite, da igual el color del vino.
Marídalo con: pularda rellena / la última cena de unas grandes vacaciones. Acaba por todo lo alto.