¿Por qué debes probarlo?
Este es uno de los que pondríamos en el saco de vinos honestos. Nos cuentan de dónde vienen de la forma más verdadera posible, con el mínimo de intervención tecnológica, de manera que el vino pueda expresar el terruño.
Se consigue en una mineralidad marcada que no esconde los aromas a fruta blanca de hueso que emanan expresivos, contundentes. Tropicales como la piña y algún recuerdo tostado al fondo le confieren cierta complejidad aromática.
En boca es un vino de fácil entrada, amplio y de acidez viva, una fruta agradable i franca que permanece tras el trago. Desacomplejado y fresco, nos demuestra que la honestidad es una virtud que no todos alcanzan, ni vinos ni personas.
Marídalo con: croquetas de berberechos / el preludio de un buen fin de semana, un viernes por la tarde con los objetivos de la semana cumplidos